La inteligencia es la capacidad global de un individuo para pensar de un modo razonable y actuar juiciosamente. Capacidad para poder resolver problemas desconocidos en un momento dado, concluirse así mismo en situaciones nuevas, comunicar a los demás sus ideas y pensamientos, sacar provecho de experiencias anteriores, y todo esto se manifiesta en una conducta inteligente.
La conducta inteligente es aquella que se debe manifestar como respuesta a un problema, de la cual no se conocen respuestas inmediatas, o se puede decir, que es la forma en la que se debe actuar cuando no se tiene conocimientos sobre dicho problema. Los seres humanos deben, no solo tener información, sino también saber actuar con ellas en ausencia de ella.
La conducta inteligente, como acción fundamentalmente práctica, dirigida a resolver problemas, es la combinación de varios procesos cognitivos, como la percepción, el aprendizaje, la memoria, el razonamiento, etcétera, con correlación entre ellos, distinguiéndose procesos cognitivos y metacognitivos, ejecutivos y no ejecutivos.
La conducta inteligente está determinada fundamentalmente por el contexto social. La familia es primordial en este sentido, y luego la escuela. Así son muy importantes los estudios de sobre la relevancia del lenguaje en el desarrollo de la conducta inteligente, que fundamentalmente se desarrolla en el ámbito familia.
La conducta inteligente se basa fundamentalmente de las siguientes características personales.
- Capacidad de aprendizaje
- Capacidad de abstracción
- Claridad mental
- Capacidad de juicio
- Capacidad de adaptación
EDITADO POR: Brenda López
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